viernes, 19 de junio de 2009

R con R cigarro, R con R barril, rápido corren los carros del ferrocarril...



Lo decidimos así, de un momento al otro: teníamos que escaparnos del Cairo. Hace mucho calor y una vez al mes, es necesario respirar aire de libertad: usar polleras, abrazarse en la calle, besarse, reír fuerte... y descansar.


Ahmed había venido a pasar unos días con nosotros. Y la verdad que la pasamos bárbaro. Cada vez que viene (vive en Alejandría) nos convertimos en una especie de tres mosqueteros. Para los que no lo conocen, Ahmed es uno de los mejores amigos de Ramy y un muy buen amigo que hice en Australia.


Al mismo tiempo llegó Benoit, el mejor amigo de Francois. Y parece que por puro amor a la sobreviviencia, escapando de la invasión francesa, hicimos el frente tercermundista y nos cortamos bastante solos, a decir verdad. El calor era insoportable. Nos tirábamos a mirar películas, salíamos bien de noche cuando el calor y el sol ya no pudieran cocinarnos vivos, charlábamos... En fin, fue una semana muy linda.


Pero cuando llegó el fin de semana y Ahmed se fue, Ramy y yo decidimos rajarnos también. Y nos escapamos a Dahab, un pueblito muy lindo sobre el Mar Rojo. Nada que ver con Sharm El Sheikj: Dahab es bastante más informal, más relax, no tanta paquetería hollywoodense como en Sharm y el mar a solo dos pasos de nuestros pies.


Nos encontramos con toda la clase media inglesa vacacionando: la verdad muy copados, todos muy tranquis, ningún europeo/a queriendo comprar egipcios/as... En fin, nada que ver con Sharm El Sheikj: quedamos fascinados y totalmente enamorados de Dahab.


Los chicos nos habían recomendado un pequeño hotelito llamado Octopus que cobraba U$S 15 la habitación, con desayuno incluido y una pileta bellísima. La verdad, yo tuve desconfianza desde un principio: primero porque un hotel con pileta cuando tengo el mar a dos pasos no me llama la atención en absoluto y segundo porque los franceses son en general mugrientos y temía que el lugar fuera una pocilga. (RECUERDEN: No intenten seguir los consejos turísticos de amigos franceses, en general no es que tengan clase, solo se tiran mucho perfume encima).


Gracias a Dios (El Hamdulila'a) que mi instinto sirvió de algo y antes de partir se me ocurrió pedirle referencias a mi amigo Dani que ya había estado allí. Nos recomendó un hotel llamado Alaska, sin pileta pero con la puerta principal a menos de 10 metros de la orilla del mar.


Y partimos... Y como siempre, el dúo Calcagno-Nasr, tarde pero seguro, llegó tarde a la estación de colectivo: el último colectivo del día había partido a Dahab hacía 5 minutos y de todas maneras no hubiésemos logrado viajar porque iba completo. Eran las 12h15 de la madrugada: lo miré a Ramy, me reí un buen rato y le dije "Ahora sí esto es divertido, esto de no tener un plan ni un horario va a ser bien desestresante". Y así fue. Recorrimos un poco la terminal y encontramos una empresa que salía a la 1 am hacia Sharm y luego desde allá podríamos tomar otro colectivo hacia Dahab (hay uno por hora). Comimos unos sandwiches en la estación y partimos rumbo a la aventura.

Finalmente llegamos a Dahab al mismo momento que el colectivo que habíamos perdido (inexplicable pero cierto) y nos dirigimos directamente hacia Octopus. Llegamos, nos registramos y como siempre nos pidieron nuestros pasaportes Y NUESTROS PAPELES DE MATRIMONIO. Resulta que según la ley, dos personas de distinto sexo que no son parientes o que no estén casados no pueden dormir en la misma habitación (obviamente esto no aplica para los extranjeros, pero estando casada con un egipcio, la ley sí aplica para nosotros). Dejamos los papeles y nos dirigimos a nuestra habitación.



Cerramos la puerta de la habitación y corrí al baño. La habitación era pequeña pero por U$S 15 estaba más que bien. La puerta del baño estaba rota y no cerraba y las instalaciones del baño parecían medias viejas pero en funcionamiento. Empecé a sacarme la ropa como una loca: llevaba jeans, remera con mangas, chal para taparme del sol - que partía la tierra al medio a las 9 de la mañana (!!!!!) - y mi mochila... ¡necesitaba sacarme esa mugre pegada al cuerpo, ponerme la malla y correr al mar!!! Estoy semi-desnuda en el baño cuando alguien toca a la puerta (imagínense entonces que no deben haber pasado ni 5 minutos). Ramy me avisa que el señor de la recepción quiere hablar con él, que ya vuelve. No le di ni bola, seguí en la mía, yo me iba directo al mar.


Vuelve Ramy en menos de 5 minutos: enojadísimo y al mismo tiempo vi como unas lágrimas, no lloraba ni quiso demostrar que algo le dolía mucho, pero pude verlo. El de la recepción le dijo que nuestros papeles no eran legales y que por lo tanto no podíamos quedarnos. Nos teníamos que ir... Sin entender por qué, y sin intentar entrar en razones con el tipo, nos fuimos. No quise insistirle a Ramy por dos razones: primero porque el lugar no me convencía y segundo porque sé que le dolió muchísimo este tipo de "discriminación" o no sé ni cómo llamarlo... El simple hecho de verle la cara me destrozó: así que me puse la ropa rápido de nuevo y nos fuimos. Odiaremos Octopus toda nuestra vida... pero no hay mal que por bien no venga ;o)


Tomamos un taxi y nos dirigimos hacia Alaska. (¡Bendito eres Dani entre todos los gallegos!) Llegamos y el lugar no solo era bellísimo, una pequeña villa marítima con departamentitos pintados todos en blanco, sino que además una inglesa super buena onda nos dio la bienvenida al instante. Alaska nos salió 150 Libras Egipcias por día (los dos), unos U$S 26, sin incluir el desayuno. La habitación bellísima, muy bien acondicionada, super limpia, el nivel de cualquier hotel de alta categoría (aire acondicionado incluido por supuesto). Además, Jackie (la inglesa), materia predispuesta a todo momento para encargarse de nuestras excursiones a un precio excepcionalmente barato (por ejemplo, fuimos a un lugar llamado "Tres Piscinas" para hacer snorkling, con un tipo que nos llevó y nos trajo cuando quisimos, en unas instalaciones preciosísimas al lado de la montaña, por U$S 6 dólares cada uno!)


Obviamente tuvimos que darle nuestros papeles de matrimonio - sucede que la policía hace controles de un momento a otro. Los miró y dijo: "Uy, este tiene hasta las huellas digitales, nunca vi uno como este! Ha, este sí que debe ser en serio!" Y nos empezamos a matar de risa. Sucede que muchas parejas "mixtas" hacen papeles truchos para poder viajar tranquilos, porque sino no podrían viajar a ninguna parte. Me imagino que Jackie debe haber visto de todo...



Además nos entregó un vaucher con el 20% de descuento en comida en Yalla!, un restau-bar sobre la playa, a solo 2 minutos caminando desde Alaska.


Y así pasamos nuestros días. Yalla! tiene todo: excelente comida, platos super abundantes, licuados exquisitos, sillas sobre el borde del mar y solo tres escalones me separan del agua. Tomamos sol, charlamos, leemos, nos ponemos nuestros equipos de snorkling (que alquilamos a Jackie por solo 10 Libras Egipcias (menos de dos dólares) el día completo) y volvemos a tirarnos en las reposeras, licuado va, licuado viene. El día que más gastamos, entre desayunos, almuerzos, y merienda de frutas y licuados, gastamos 25 doláres entre los dos... una ganga hahahaha

La Rambla para caminar sobre la Costanera es muy bella, llena de bares y negocios. Pensé en comprar unas postales pero no tuve tiempo. Probablemente volvamos la semana que viene, antes que Ramy empiece en su nuevo trabajo, así que ya les estarán llegado - vayan enviando sus direcciones postales por favor, todos aquellos que quieran una!


Y "Tres Piscinas"... ¿qué puedo decirles? Bellísimo. Como su palabra lo indica, son como tres piletas de agua totalmente celeste cristalina a una altura bastante prudente del mar en donde se puede hacer snorkling: vimos todo el fondo del mar, los caracoles, los peces, las conchas, los corales... Una belleza. Amiguitos junten guita porque lo de la National Geographic por TV es un poroto al lado de esta maravilla. Es tan imponente que aún me sigue dando un cagazo terrible ver el fondo del mar, nadar sobre los corales: es como un mundo totalmente extraño, y tengo un miedo terrible que va a salir algún monstruo marítimo ante tanta tranquilidad... Es sinceramente indescriptible.


Así que bueno, acá les dejo un par de fotos, intentando sacar una foto como la gente, en una especie de carpa árabe donde nos refugiábamos del sol cuando no estábamos nadando (aclaración: estoy negra como una aceituna, que ni yo lo puedo creer... me queda lindísimo!!!). Después de un par de intentos, salió una como la gente:


Como podrán observar, generalmente la del problemita soy yo hehehe

Sí, sin dudas la del problemita soy yo...

Una pose sexy antes del último intento...

...y Misión Cumplida!

En fin, el mejor recuerdo que me llevo es en Yalla! Bar, acostados sobre las reposeras, tomando sol. Estaba observando en silencio la bahía, las montañas a lo lejos - Arabia Saudita - y de pronto Ramy que me mira y me dice "R con R cigarro, R con R barril, rápido corren los carros del ferrocarril". Nos miramos, nos matamos de risa, nos besamos y nos seguimos riendo...

lunes, 8 de junio de 2009

El email de Francia

Esa mañana nos levantamos temprano. Teníamos que estar a las 9 en punto en el Consulado para buscar unos papeles. Por suerte nuestra relación con la HDP (con mayúscula) de la Embajada Argentina terminó bien: firmó todos los papeles que tenía que firmar, mal que le pese, bajo amenaza de que llamaría al Ministerio de Asuntos Exteriores nuevamente. En la última visita terminó apareciendo el Cónsul en persona después de mi amenaza de denunciar a toda la Oficina ante el INADI. Increíble. ¡Si supieran las cosas que tuve que escuchar de esta mujer!
Tomamos un taxi, Ramy me dejó en la parada del subte y siguió camino a unos talleres que está dictando - nuevos formadores en prevención del SIDA. Eran las diez y media de la mañana. No tenía curso de árabe, tampoco mucho trabajo... Así que decidí salir sola a la aventura por primera vez.
Mi nivel de árabe mejoró mucho, pero mi imposibilidad de hablar prácticamente con cualquier ser humano me impide mejorar en conversación. Sucede que las mujeres en general ni me hablan - las más agradables ni me miran, las menos agradables me miran con cara de bicho raro - y a los hombres no les puedo dirigir la palabra porque significa que me quiero acostar con ellos. Mi universo se circunscribe a Ramy, mi queridísima Hala, mis amigos de departamento y mis amigos del 4to piso. Con la única que hablo en árabe es con Hala, así que imaginarán que necesito practicar más.
Me animé, seguí una parada más y me bajé en la Plaza de la Liberación (Midan El Tahrir), en busca de librerías. Lo primero que hay que visitar en un país son las librerías, no los museos. La primera y más cercana es la librería de la Universidad Americana, que tiene editorial propia. Pensé que encontraría libros con el mismo "sello americano", pero para mi sorpresa, había absolutamente de todo. Quedé impresionada y habré pasado al menos 45 minutos pispeando. Había de todo! Me quería comprar todo, pero traté de detenerme y me prometí: primero uno y cuando lo termine vuelvo. Así que el primer libro que compré es sobre el Movimiento Estudiantil en Egipto, contado en primera persona por su líder Ahmed Abdalla. Impresionante, sin palabras, me lo estoy devorando... así que volveré pronto a la Universidad.
Luego me la pasé recorriendo, no menos de 2 horas, en busca de una librería francesa que ya no existe. Lo bueno es que hablé con un centenar de personas tratando de encontrarla, y aunque en un rudimentario árabe, todos entendían mis preguntas! Qué emoción! Cansada y agobiada, paré a comer en un Café/Restaurante, muy típico, llamado "Café Riche". Cada vez que pasamos con Ramy por esa cuadra me digo que parece un lugar interesante. Así que me senté, pedí un omelette español y... sambousa... EMPANADAS!!!! Siiii, no hay de jamón y queso, obviamente, pero son EMPANADAS! Y son igualitas! Y las de carne son geniales. Un jugo de naranja y una botella de un litro - imagínense que a las 10 de la mañana hace 29 grados y que encima tengo que salir en jeans!
Comí de diez, volví a casa y me tiré a dormir una siesta con mi amado aire acondicionado: viejito pero anda perfecto. Me levanté y ahí estaba, el email que todos estábamos esperando hacía semanas: el email de Francia.
En fin, no quedé seleccionada. Al principio me sentí un poco mal, porque obviamente era una cuestión de gratificación personal hacia mis logros - aunque mi buen amigo Dani dice que esas no son escalas que debería usar. Pero 5 minutos después de digerir el email, sentí "uuuuuuuuuuuffff, me saqué 20 kilos de la espalda". Porque la verdad... me hubiese sido difícil tener que elegir irme y ver cómo seguía mi relación con Ramy, siendo que por otra parte mis estudios son tan importantes en este momento de mi vida. Pero estaba cansada de vivir acá con "visa de tránsito", como decía a menudo por acá... Ahora sé que me quedo, que puedo armar un proyecto con Ramy, que vamos a elegir un país de a dos, que no necesito salir corriendo a visitar todo Egipto en un mes, porque esta ahora es mi casa y voy a tener tiempo... Que puedo planificar un fin de semana para ir al mar y el mes que viene será el desierto... Que puedo invertir en una aspiradora porque vale la pena!!!! hahahahaha
Y de pronto, empecé a sentirme contenta. No tenía que hacer un Plan B, iba a hacer un Plan A con Ramy. Y por el momento el Plan A suena más que interesante: probablemente el mes que viene renovemos el contrato con el departamento de arriba en el 4to piso cuando Alexis se vaya a fin de mes (estamos viendo cuál nos gusta más, si el de los chicos o el nuestro) y en Agosto, cuando se vaya el último franchute, colgaremos en la puerta de casa un cartel que diga: Calcagno-Nasr. La semana que viene tengo una reunión en la Universidad del Cairo, con el sector de Francia en donde se estudian los másters con el título de la Sorbona (una de las chicas de Francia lo hizo completo acá, los profesores son los mismos, el título es igual y el nivel muy bueno). Y por las mañanas elegimos un país que generalmente cambia de noche. El fin de semana nos vamos a poner a ver bien las opciones por internet... obviamente que Canadá está a la cabeza hehehehe :P
Así que bueno, dicen que en la vida las cosas siempre pasan por una razón. Por lo general, me niego a creerlo. Siempro tiendo a pensar que las cosas pasan porque algo mejor nos espera... sólo es cuestión de mirar atentamente...