lunes, 30 de noviembre de 2009

¿Conoces al Gran Dalí?

 

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Dalí nació el 25 de mayo de 2009. Y como su nombre lo indica, es una obra de arte.

¿Alguna vez tuvieron un Golden? Cuando tengan uno, jamás querrán tener otro perro. Y perdón por todos los que tienen otra mascota, pero son únicos y sensacionales. Y Dalí es simplemente genial.

Le decimos Dalí, Gran Dalí, baby pie, gordo, chancho o… Daliiiiiiiii, cuando está haciendo algo que no corresponde (escasas veces, debo admitir).

Cuando salí del aeropuerto con esa inmensa jaula y Dalí adentro, la carita de Ramy cambió completamente. No podía creer que Dalí, el perro que elegimos juntos y que esperamos largas semanas, estaba finalmente ahí con nosotros.  Cuando llegamos a casa, parecía un chico con juguete nuevo. Antes de entrenar al perro, hubo que entrenar al dueño!

Pero los Golden son seres maravillosos, se adaptan rápido con tal de recibir una caricia… o comida!  Apenas lo sacamos de la jaula, para subirnos al taxi e ir a casa, se sentó en mi falda, apoyó la cabeza sobre las piernas de Ramy y se quedó inmóvil. Lo único que exigió eran mimos.

Aprendió que el lugar para hacer sus necesidades era en la terraza. Seguir durmiendo en la caja no le copó mucho, y Ramy, que es pura dulzura igual que Dalí, dijo que no era justo que durmiera en una jaula. Dalí duerme ahora cómodamente en el patio, atrás de un sillón… una cuevita que se construyó él solo.

Es tranquilo pero necesita sus dos paseos diarios. Si de socialización se trata, este perro habrá pasado todas: viajar en avión, sobrevivir a la mugre de Egipto, abstenerse de comer algo del suelo (y les diría que aquí es una gran tentación para un perro), los aviones que pasan a diario, los petardos, los gritos y el tráfico, que al ser una locura, le exige caminar al lado nuestro sin amagar un solo centímetro.  Pasó todas las pruebas: jamás se puso nervioso, malo o agresivo. 

Sin embargo, los egipcios le temen. Cada vez que salgo con Dalí, siento que tengo cuatro guardaespaldas. Él es mi Gran Dalí. Todos se cruzan de calle, me ceden el paso, se horrorizan de terrible bestia y una que otra mujer ha hecho un ataque de histeria al mejor estilo película de terror.

Parece ser que los únicos que pueden ver su pureza son los niños, que si bien le temen, se desviven por acercarse y tocarlo. Sí, los adultos de su sociedad les enseñan que es un ser “impuro” y algunos llegan hasta creer que es “diabólico”,  pero los niños, con su simpleza, pueden ver que se trata de un ser simplemente maravilloso.

Ese es nuestro Gran Dalí, el chanchito vagoneta de la casa que vive durmiendo y cuando no, jugando con sus cueros y trapos, tramando alguna travesura hogareña o aprendiendo los trucos que Ramy se especializa en enseñarle :o)

Aquí les dejo otras fotos:

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Durmiendo mientras que Ramy limpia. Cada vez que uno cambia de habitación, él nos sigue y se echa a seguir durmiendo!

 

IMG_3795 Dalí… si, de vuelta durmiendo, con un trapo de piso que se robó!

 

IMG_3787 Dalí… de nuevo, durmiendo la siesta… en la cocina mientras cocinábamos!

IMG_3786¡Lujosa siesta en la casa Calcagno-Nasr!

viernes, 27 de noviembre de 2009

Corre sangre en Egipto

No sé cómo se llama la fiesta… y a este punto poco me importa, debo confesar. “Eid…” algo, Dios sabrá.  Parece ser que es todo culpa de él.  Como a sus hermanos judíos y cristianos, Dios le pidió a un musulmán que sacrificara a su hijo para demostrarle su amor. (Nota para los creyentes: deberían repreguntarse por qué creen en un ente tan sádico!).

Lo mejor de la historia es que el hombre le cuenta la verdad a su hijo y dice que tiene que sacrificarlo porque Dios se lo pidió.  Y estos no son como los judeo-cristianos. Noooooooooo. Nada de llevarlo al hijo engañado. No señor! El hijo estaba muy feliz de que iba a ser sacrificado en el nombre de Dios. Y después, como unos boludos, nos preguntamos cómo estos tipos se pueden hacer estallar al mejor estilo hombre-bomba. ¡Qué pelotudos que somos!

En fin, estaba el hombre por sacrificar a su hijo, y cuando fue a cortarle la cabeza, apareció inmediatamente una cabra en lugar del hijo (pobre las cabras… que mierda tenían que ver con todo esto!), y el hombre terminó matando a la cabra. El hijo por supuesto se salvó.

Personalmente, la historia me hace recordar al mejor sadismo nazi, cuando “jugaban” con los prisiones judíos, y amagaban con matarlos… para divertirse un ratito nomás, vio?

Y resulta que hoy conmemoramos ese episodio. Parece ser que, después de que Dios se les cagó de risa en la cara, y el pobre tipo de haber pasado un infierno de cagadera y vómitos, para colmo tenemos que seguir matando a la pobres cabras! ¿A quién se le ocurre?

¿Pero pensaban uds que sería en un matadero? No, por supuesto que no. Las cabras pulularon por toda la ciudad, durante al menos un mes. Sí, en una urbe de más de 20 millones de habitantes. Los futuros glotones van, eligen una y el señor que las vende les hace una marca (en rojo, ¿en qué otro color podía ser?) para identificarlas con su comprador.  El día llega (hoy) y el comprador, TIENE QUE VER cómo aniquilan a su pobre cabra… que luego, por supuesto, comerá con mucho cariño.

¿Pero imaginan qué podría ser de esta ciudad, en donde casi 20 millones de personas matan cada uno una cabra? Si… un baño de sangre. Ni más, ni menos.  Y si estuviéramos en una ciudad más “pequeña” (3 millones), veríamos para colmo los frentes de las casas marcados con manos rojas (las del dueño, que marcará su casa con sus manos bañadas en la sangre del pobre animal).

Y después las proteccionistas de Rosario se preocupan porque hay muchos animales en la calle…

Y me pregunto: ¿cuál es el límite de la interculturalidad?

Los “expatriados”, por supuesto, ya salieron a hablar de los derechos de los animales, del sadismo del pueblo egipcio, y de la mala labor que realizan los líderes religiosos musulmanes egipcios. ¿Tendrán razón?

La ciudad está bañada en sangre. Uno camina por la calle y es roja, un río interminable con olor a muerte. La mugre, el polvillo, el hollín y los metros de cagada y basura que tiran en la calle… son ahora rojos.  Es realmente sorprendente, de eso no hay duda.

Por nuestra parte, iremos a comprar carne vacuna, que parece que baja muchísimo el precio para estas fiestas. Y sin saber dónde y cómo se mata a la pobre vaca, creyéndome más civilizada porque para mí es sólo un pedazo de carne, comeré con tranquilidad y alegría… al mejor estilo musulmán!

R

sábado, 14 de noviembre de 2009

De vuelta a casa: ¿hogar dulce hogar?

Sí, después de acostumbrarse nuevamente a Occidente, volver a esta parte del mundo no es fácil. Las ganas locas de volver a Ramy y a mi hogar dulce hogar, lo justifican todo igualmente.

La visita fue corta aunque parecía que los días eran interminables. Los bajones de salud, el nuevo quiste y otras yerbas me hacían querer volver a casa lo antes posible. Los abrazos y las risas también se extrañaban mucho.

Y volví. Y en cuanto puse un pie, y vi como un tipo de aeropuerto quería cagarnos sacándonos guita, ya me quería volver. Esta vez vuelvo con las cosas más claras: la partida es inminente.

Egipto y yo jamás llegaremos a entendernos, él tendrá sus razones, pero mi fanatismo occidental me puede. El sistema no es perfecto, eso ya lo sé, pero no me jodan: una sociedad construida para un minúsculo grupo (hombres saludables) es una sociedad insoportable. ¿Pueden imaginarse todos los que quedamos excluidos de la vida social?

Dos días después de mi llegada, llegó el abuelito Néstor, que intentó hacerme reflexionar acerca de mi intransigencia occidental.  El día que íbamos a las pirámides y me tiraron con un piedrazo, empezó a cambiar de parecer. Fue rápido el shock y ahora apenas sale de casa. Me vive repitiendo que vivir en Egipto es imposible.

No es imposible, lo corrijo. Es insufrible. Es muy diferente… eso que él es hombre.

WE LOVE DALI

Dalí es un amor. Simplemente eso. Un hermoso ser que al llegar, se intoxicó con agua.

Para los que no llegué a ver (mil perdones de antemano, será en abril próximo), les cuento que Dalí es el nuevo miembro de nuestra familia (pronto habrá fotos). Dalí es un bellísimo Golden Retriever de casi 6 meses que se unió a nuestra aventura faraónica.

Y como su nombre lo indica, no es más que una obra de arte.

A veces tiene sus cosas, obviamente como cualquier cachorro. Pero me encanta su amor y su ternura constante.

Ramy, que es la primera vez que tiene un perro en su vida, está como chico con juguete nuevo. Antes de entrenar al perro, tengo que entrenar al dueño :o) Pero vamos bien, no se preocupen: para cuando lleguen de visita, el perro ya no saltará más encima de los invitados! :o)

 

Y así me despido, sin grandes novedades de mi vuelta. Al fin y al cabo, el regreso no era más ni menos de lo que esperaba: el rencuentro con mis cosas, mi vida cotidiana, y mi amor. El resto es anecdótico.

Besotes

Regi

xxx