Primero, tiene nombre. Se llama Nagwa (transcripción del árabe) y se pronuncia Nagua. La mujer es de mediana estatura, gordita para el estilo argentino, saludable para el egipcio. Blanca como la nieve, enormes ojos marrones. Ante todo, de una dulzura increíble.
Según la historia oficial, llegué a Egipto el sábado 1° de agosto. La conocí el viernes siguiente, pero desde el domingo empezamos a hablar por teléfono. Quería saludarla... después de todo, hacía 3 meses que estaba en Egipto.
Dicen que las suegritas egipcias son terribles - las árabes en general. Controladoras y manipuladoras, hacen la vida imposible a cualquier pareja de recién casados. El objetivo es mantener control sobre las nueras, imponerse para poder seguir manipulando a los hijos varones, especialmente en caso de que queden viudas. Las historias que he escuchado son terribles, y daría como para escribir otro blog entero al respecto. Sin ir más lejos, la mejor amiga de Ramy, Wesan, casada hace 4 meses, está al borde de la crisis con su suegra, que decidió hacerle la vida imposible desde que se enteró que Wesan no cree en Dios - una fatalidad por estas regiones del mundo.
Pero mi historia es completamente distinta. Una mujer que ha criado sus hijos sola, que ha hecho todo por mantener la custodia, es una mujer que ha aprendido que ante todo, lo más importante es que sus hijos sean felices de la mejor manera posible. Inclusive si eso significa aceptar una nuera del otro lado del mundo.
Se caracteriza por una dulzura particular. Tono suave, cálido y cariñoso. Por teléfono me hablaba como si nos conociéramos de toda la vida y me expresa sus ganas por conocerme. Fuimos a pasar todo el fin de semana, y realmente fue muy lindo; no sólo por conocer a mi nueva familia política, sino también por conocer por dentro mi primera familia egipcia. Después de tanto tiempo rodeada por extranjeros, me siento a comer por primera vez con gente que charla, ríe y respire en árabe.
Nagwa es muy cariñosa, me abraza, me besa y me pregunta si necesito algo cada 5 minutos. Mis fideos salieron ricos, inclusive cuando no entendió por qué mierda me puse a amasar fideos durante 4 horas si vienen listos en un paquete.
Este fin de semana pasado, Ramy tenía que trabajar en Alejandría. Mi destino sería disfrutar sola el fin de semana en Cairo. Durante la semana hablo con Nagwa para contarle como estoy y le comento que estaría sola en Cairo, que si quería podía venir a visitarme. Inmediatamente me ofrece ir a Alejandría y pasar el fin de semana con ella, en el departamento familiar. Ramy no podría unirse a nosotras porque queda lejos del trabajo. Acepté: sería una excelente oportunidad para descansar y visitar el mar.
Sobre Alejandría no hay mucho que decir. Lo poco que vi del centro me gustó, tampoco me pareció gran cosa como todos me habían dicho. Veremos el próximo fin de semana cuando vuelva con Ramy. El Mediterráneo muy lindo pero después de haber visto el Mar Rojo, cualquier mar movedizo, con arena y gris parece simplemente una mierda.
Sin embargo, descansé como una yegua y disfruté muchísimo las 4 horas bajo la sombrilla charlando con Nagwa. 4 horas que me costaron un rojizo tomate en la cara, pero bueno, valió la pena.
Me divertí muchísimo, charlamos un montón, entablamos una linda relación y Nagwa me malcría como a una hija. A tanta distancia de los afectos, no viene nada mal. Nagwa es la típica maestra de inglés: simple, dulce y tierna. Es imposible explicarlo, se le nota hasta en la cara lo "buenaza" que es. Por algo Ramy salió tan sereno.
Como todos, tiene sus defectos. Y ya encontré algunos... pero en fin, somos todos humanos. Y después de todo, no es cualquier humana. Ahora es mi suegra. La mejor parte es que es una buena persona y ante todo, muy querible. Al Hamdulila'ah!