Dalí nació el 25 de mayo de 2009. Y como su nombre lo indica, es una obra de arte.
¿Alguna vez tuvieron un Golden? Cuando tengan uno, jamás querrán tener otro perro. Y perdón por todos los que tienen otra mascota, pero son únicos y sensacionales. Y Dalí es simplemente genial.
Le decimos Dalí, Gran Dalí, baby pie, gordo, chancho o… Daliiiiiiiii, cuando está haciendo algo que no corresponde (escasas veces, debo admitir).
Cuando salí del aeropuerto con esa inmensa jaula y Dalí adentro, la carita de Ramy cambió completamente. No podía creer que Dalí, el perro que elegimos juntos y que esperamos largas semanas, estaba finalmente ahí con nosotros. Cuando llegamos a casa, parecía un chico con juguete nuevo. Antes de entrenar al perro, hubo que entrenar al dueño!
Pero los Golden son seres maravillosos, se adaptan rápido con tal de recibir una caricia… o comida! Apenas lo sacamos de la jaula, para subirnos al taxi e ir a casa, se sentó en mi falda, apoyó la cabeza sobre las piernas de Ramy y se quedó inmóvil. Lo único que exigió eran mimos.
Aprendió que el lugar para hacer sus necesidades era en la terraza. Seguir durmiendo en la caja no le copó mucho, y Ramy, que es pura dulzura igual que Dalí, dijo que no era justo que durmiera en una jaula. Dalí duerme ahora cómodamente en el patio, atrás de un sillón… una cuevita que se construyó él solo.
Es tranquilo pero necesita sus dos paseos diarios. Si de socialización se trata, este perro habrá pasado todas: viajar en avión, sobrevivir a la mugre de Egipto, abstenerse de comer algo del suelo (y les diría que aquí es una gran tentación para un perro), los aviones que pasan a diario, los petardos, los gritos y el tráfico, que al ser una locura, le exige caminar al lado nuestro sin amagar un solo centímetro. Pasó todas las pruebas: jamás se puso nervioso, malo o agresivo.
Sin embargo, los egipcios le temen. Cada vez que salgo con Dalí, siento que tengo cuatro guardaespaldas. Él es mi Gran Dalí. Todos se cruzan de calle, me ceden el paso, se horrorizan de terrible bestia y una que otra mujer ha hecho un ataque de histeria al mejor estilo película de terror.
Parece ser que los únicos que pueden ver su pureza son los niños, que si bien le temen, se desviven por acercarse y tocarlo. Sí, los adultos de su sociedad les enseñan que es un ser “impuro” y algunos llegan hasta creer que es “diabólico”, pero los niños, con su simpleza, pueden ver que se trata de un ser simplemente maravilloso.
Ese es nuestro Gran Dalí, el chanchito vagoneta de la casa que vive durmiendo y cuando no, jugando con sus cueros y trapos, tramando alguna travesura hogareña o aprendiendo los trucos que Ramy se especializa en enseñarle :o)
Aquí les dejo otras fotos:
Durmiendo mientras que Ramy limpia. Cada vez que uno cambia de habitación, él nos sigue y se echa a seguir durmiendo!
Dalí… si, de vuelta durmiendo, con un trapo de piso que se robó!
Dalí… de nuevo, durmiendo la siesta… en la cocina mientras cocinábamos!